Fue un proceso de introspección con mis obsesiones, los hombres y las palomas. Comencé con unos bocetos a lápiz de color obteniendo formas muy rígidas, terminando en un díptico escultural al momento de comenzar a armar la obra.
La escultura, abstracción del cuerpo del hombre, tiene su superficie cubierta en un tercio con maíz y pellets para gatos. Este alimento es de todo el gusto de las palomas callejeras. La punta de los granos y la textura de el pellet es aspera, aludiendo a la barba y grandes manos del hombre. Una vez que las aplomas se hayan comido el alimento, este puede ser repuesto.
Hombre-Paloma, escultura, técnica mixta, 120 x 50 x 30 cm
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